Una vez más Jean Paul Gaultier se ha propuesto convertir su pasarela de alta costura en puro espectáculo.Es lo que dicta la alta costura y las costumbres del enfant terrible
de la moda, que temporada tras temporada sorprende a prensa y público con un celeb
invitada y grandes dosis de creatividad e imaginación.
Si la temporada pasada era Dita Von Teese
su musa, este vez fue la actriz francesa Frida Khelfa
, a quien ya eligió para despedirse de Hermés en su último desfile para esta firma. Farida compartió protagonismo con las espectaculares creaciones de Gaultier –algunas inspiradas en la sofisticada estética de los año 20 y los cabarets parisinos- y con una voz femenina que nos evoca tiempos pasados
y devolvía el glamour de los antiguos desfiles de alta costura presentado una por una cada una de las creaciones que salía a escena. Sin música.
La propuesta, coherente y llena de genialidad, mezcló con tremendo acierto prendas sofisticadas y, en ocasiones, con ciertos guiños al espectáculo en estado puro –una de sus salidas más comentadas fue una bailarina del french cancan
, con peinados ochentenos, punkies
y transgresores. El negro
vuelve a sublimarse para crear siluetas definidas
, con faldas lady
de talle alto y cortadas a la altura de la rodilla, pantalones con fajín
y chaquetas entalladsa
con mangas reinterpretadas. También lo hace en el clásico esmoquín
y en espectaculares creaciones de noche de volumenes maximos
combinados con detalles de tul para generar espectacularidad y feminidad a partes iguales. Aunque si bien el dominio de la sofisticación queda patente con prendas cuidadas de inspiración retro, el creador permite ciertas licencias a piezas actuales
, algunas en tricot, tejidos de nueva generación y prints
atrevidos. Un juego ecléctico del que Jean Paul Gaultier vuelve a salir airoso.
Veamos estos diseños únicos....